La derrota frente al Rayo Vallecano dejó en Anoeta imágenes de profunda frustración entre los jugadores de la Real Sociedad. El equipo txuri urdin, que solo ha logrado una victoria en ocho jornadas y ocupa puestos de descenso, mostró al final del partido un gesto colectivo de abatimiento. La impotencia por no encontrar soluciones en el campo y la preocupación por el momento clasificatorio se reflejaron en los rostros de varios futbolistas.
Sergio Gómez al borde del llanto
MOVISTAR +Jon Gorrotxategi fue quien más evidenció el golpe anímico. Nada más sonar el pitido final, se quedó de cuclillas sobre el césped, frente al fondo de Bultzada, con el rostro cubierto por la camiseta y las manos. Permaneció así varios segundos, sin poder contener la frustración, en una imagen que resumió la desolación del vestuario. Arrepentido y visiblemente afectado, el jugador, formado en Zubieta, abandonó el campo cabizbajo, consciente del momento crítico que atraviesa el equipo de su vida. Y también sabiendo que él, desde la sala de máquinas, no lo está haciendo funcionar bien.
Mikel Oyarzabal, el capitán, también dejó ver su decepción. Las cámaras de televisión lo captaron agachado, con las manos apoyadas en las rodillas, exhausto y con un gesto de incredulidad. En zona mixta reconoció la dureza de la situación y apeló a la autocrítica, admitiendo que “no basta con el esfuerzo si los resultados no acompañan”.
Gorrotxategi tras el partido contra el Rayo
MOVISTAR +Sergio Gómez fue otro de los rostros que reflejó el mal momento. El lateral, el único de los tres que no es canterano, terminó el partido visiblemente afectado, con gesto de no entender qué le ocurre al equipo y al borde de las lágrimas. Su reacción simboliza la sensación del el vestuario -una parte- y sobre todo de la afición: incomprensión, cansancio y necesidad de respuestas. Por otro lado, más criticadas fueron las caras de Umar Sadiq y otros futbolistas, que no mostraron lo mismo que sus compañeros.
