El Athletic ya sabe lo que es ganar en la presente edición de la Champions. Los leones, tras caer previamente frente a Arsenal y Dortmund, tumbaron esta vez en San Mamés a un Qarabag que llegaba a Bilbao con la vitola de invicto y que se puso por delante en el marcador antes de que se cumpliese el primer minuto de juego. La reacción rojiblanca se hizo esperar, pero llegó gracias a un par de tantos y otro, el del medio, de Robert Navarro.
A los de Valverde les costó meterse en un encuentro disputado bajo un intenso calor en la tarde-noche bilbaína. Los locales dispusieron de muchas ocasiones ante la portería defendida por Kochalski, pero unas veces por la mala puntería y otras por la precipitación o el acierto del meta visitante se les fue negando el gol. Nada nuevo en lo que va de campaña, por otra parte.
Guruzeta, el delantero más inspirado en el Athletic, acabó dando en la diana. Los planes del conjunto azarí se vinieron abajo muy cerca del descanso y se complicaron aún más a la vuelta de vestuarios. La producción ofensiva local no fue tan numerosa como en el primer tiempo, pero sí mucho más práctica. El recién incorporado Robert Navarro y el propio Guruzeta se encargaron de sellar este importante triunfo para los intereses europeos de los leones.
Valverde introdujo cinco cambios respecto al choque liguero del pasado domingo en Elche. Gorosabel y Paredes entraron en defensa por Areso y Vivian, Rego ejerció en el doble pivote en vez de Galarreta y los hermanos Williams ejercieron de extremos en detrimento de Robert Navarro y Berenguer. La necesidad de ganar apretaba al Athletic.
Gurbanov, técnico visitante, apostó por el bloque titular que venía de ganar el último viernes en su liga doméstica con tan sólo una modificación. Akhundzade ejerció de delantero centro por Kashcuk, El encuentro arrancó con mucho calor y sorpresa.
Leandro Andrade aprovechó una indecisión entre los centrales rojiblancos para batir a Unai Simón antes del primer minuto. Al Athletic, con su afición volcada, le costó recuperarse de tan madrugador revés. Silva, de hecho, estuvo a punto de hacer el 0-2 antes del minuto 10.
El mérito de los leones radicó en sobreponerse poco a poco a la adversidad. A base de intensidad y constancia, corriendo más riesgos de los necesarios a nivel defensivo, el conjunto bilbaíno fue asomándose cada vez más y con mayor peligro al marco defendido por el polaco Kochalski.
Las ocasiones locales se fueron sucediendo de manera paulatina. Sancet, Nico Williams, Guruzeta varias veces, Rego, de nuevo el pequeño de los Williams y los propios Guruzeta y Sancet; pero el gol, con un único susto en forma de se les resistía a los leones. La lesión de Iñaki Williams, sustituido por Berenguer, pareció complicar aún más el panorama para los bilbaínos.
Nada más lejos de la realidad. Guruzeta, a pase de Jauregizar, acertó a firmar el empate en un contraataque a cinco minutos del descanso. Sancet dispuso de dos opciones más en la recta final del primer tiempo.
El arranque del segundo periodo trajo nuevas opciones de gol para el Athletic. Guruzeta, Berenguer y Paredes dispusieron de sus oportunidades en los primeros diez minutos. El míster del Qarabag, consciente de la superioridad local, empezó a tirar de banquillo. Valverde también recurrió a sus suplentes para darle más brío al equipo. Areso, Galarreta y Robert Navarro se incorporaron así al juego de manera simultánea.
Un triple relevo que dio sus frutos a las primeras de cambio, puesto que Robert Navarro, en una de sus primeras intervenciones, acertó a batir al meta Kochalski. Quedaban 20 minutos por delante cuando el Qarabag se decidió a dar un paso hacia delante. Yuri sacó poco después bajo palos una picada de Kaskchuk sobre Unai Simón que se colaba en la portería bilbaína.
Guruzeta, con un balón bien peleado y mejor jugado por Jauregizar, acabó con la inquietud local al marcar el tercer gol, segundo suyo, con un tiro desde fuera del área en el minuto 88. El Athletic ya sabe lo que es ganar en la presente Champions.